Sobre la crisis cafetera / ACA
La Asociación Campesina de Antioquia -ACA-, envía un caluroso saludo y
expresa su solidaridad a las comunidades campesinas dedicadas al cultivo
del café que legítimamente han alzado su voz de protesta sumándose al
paro nacional que se inició desde el pasado 25 de febrero, ante la
crisis por la que atraviesa este sector de la economía nacional.
Pese a que las cifras señalan que la participación del café en el
sector agropecuario pasó del 25% a finales de los 70´s a poco más del 6%
el día de hoy, actualmente siguen siendo muchas las familias campesinas
que derivan su sustento de este cultivo. De los 1.098 municipios que
tiene Colombia, 563 son productores de café. Sin embargo, el 59% del
café que se consumió en el país en el año 2012 fue importado que
repercute indiscutiblemente en el bajo precio que hoy tiene el grano y
que no compensa con los altos costos de producción.
Esta situación tiene a los pequeños, medianos y grandes cultivadores de
café en una condición lamentable, que los ha obligado a movilizarse
para hacer al gobierno nacional un reclamo justo de sus derechos y de su
dignidad como cultivadores de café y que también afecta a diversos
sectores rurales que basan su sustento alrededor de este renglón de la
economía.
Pero la problemática no puede reducirse solamente a lo económico, lo
que estamos viviendo es el resultado de prácticas productivas que no
respetan la diversidad ecológica, modelos de agricultura basados en la
imposición de monocultivos en muchas regiones del país y que, en el caso
del café, se implementaron desde los años ochenta bajo el paradógico
nombre de “Revolución Verde” y se materializaron en las políticas de la
Federación de Cafeteros que promovieron la agroindustria y acabaron con
los cultivos tradicionales de café. Según María Elena Bernal, agrónoma
de la Universidad de Caldas, el bosque cafetero se caracterizaba por su
gran biodiversidad, dado que el grano se cultivaba bajo la sombra de
especies de árboles nativos como guayacanes, guamos y yarumos, e
intercalado con otros cultivos como el plátano, el maíz, el frijol, el
aguacate y numerosas plantas medicinales y aromáticas, que a su vez
atraen gran variedad de pájaros, insectos y otros animales propios de
estas zonas. Evitando la erosión, protegiendo las fuentes de agua y
contribuyendo a la soberanía alimentaria de las familias cafeteras,
permitiendo además el control biológico de plagas y enfermedades.
Hoy, más que nunca, en el país y en el movimiento cafetero se debería
generar un profundo y serio debate sobre el modelo de agricultura,
basado en la dependencia de las grandes compañías de agroquímicos y en
la imposición y control de las semillas modificadas geneticamente.
Prácticas que se han convertido en una grave amenaza para la
biodivesidad y que han generado la contaminación de los suelos y de las
aguas.
Ante la crisis actual se deberían brindar soluciones inmediatas que
incluyan subsidios, condonación de las deudas bancarias, control a los
altos precios del grano y que la respuesta no siga siendo la
estigmatización, la represión y judicialización del movimiento cafetero.
Pero de nada servirá sino se da un debate de fondo sobre el modelo
productivo del país, y seguirán llegando las crisis, como sucedió a
principios de la decada de los 90´s, cuando se presentaron
movilizaciones campesinas de pequeños y medianos caficultores que ya se
estaban viendo afectados por las políticas económicas que se impusieron
en las zonas rurales.
No somos peces para vivir del mar.
No somos aves para vivir del aire.
Somos hombres para vivir de la tierra.
(Bernardino Díaz Ochoa)
ASOCIACIÓN CAMPESINA DE ANTIOQUIA - ACA
MEDELLÍN - ANTIOQUIA
MARZO 05 DE 2013
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