sábado, 2 de marzo de 2013

Esmad se ensaña una vez más contra humildes campesinos en el Tolima

“Grabe sólo lo que a nosotros nos conviene”: Esmad, “Si grabo todo a mí también me echan gases”: camarógrafo de CaracolNelson Lombana Silva.
Una vez más los campesinos participantes del paro nacional de cafeteros ubicados en la ciudad de Ibagué (Tolima), barrio Boquerón, fueron salvajemente agredidos por la Fuerza Pública, especialmente el Esmad y la Policía. Decenas de bombas aturdidoras y gas lacrimógeno fueron lanzados indiscriminadamente contra niños, mujeres, jóvenes y ancianos que luchan heroicamente por un precio razonable de la carga de café, contra el alto costo de los fertilizantes, por la democratización de la Federación Nacional de Cafeteros y la no utilización de las tierras cafeteras para la megaminería de multinacionales y transnacionales.

La represión es extrema: vienen golpeando, deteniendo y destruyéndoles los alimentos, sus ollas y sus cambuches. Al estilo nazi, bien parece un sitio de concentración, donde pretende la represión rendir a los labriegos a punta de hambre, gas lacrimógeno y bombas aturdidoras, entre otras razones, porque no les están dejando entrar los alimentos provenientes de municipios distantes.

El campesino David Tafur del municipio de Rovira (Tolima), vereda El Palo, fue golpeado por un miembro del Esmad en diversas partes del cuerpo, especialmente en la nuca, según señalan compañeros campesinos, siendo remitido una hora después al Federico Lleras Acosta, gracias a la presión de los labriegos porque la Policía se negó a prestar ese servicio humanitario. No hizo un solo esfuerzo para llamar con urgencia una ambulancia.

El semanario VOZ La verdad del pueblo, en medio de la brutal agresión, recogieron algunos testimonios de las personas presentes, algunas de ellas brutalmente agredidas. Llama poderosamente la versión de un campesino de que uno del Esmad le dijo al camarógrafo de Caracol Televisión: “Grabe sólo las imágenes que necesitamos”. El campesino le dijo al camarógrafo que grabara todo, era su deber y el camarógrafo habría contestado: “Si grabo todo a mí también me echan gases”.

Ayer fue agredida la niña de 14 años Yuly Viviana León, se presentó una cantidad de contusos y hoy corre la misma suerte el labriego de Rovira David Tafur. Mientras esto sucede, el gobernador del Tolima Luis Carlos Delgado Peñón guarda pusilánime silencio y el alcalde municipal de esta ciudad ni fu ni fa. El pueblo campesino y cafetero está a merced de hordas criminales, siempre dispuestas a defender el gran capital transnacionalizado.
Un ejemplo nos podría ilustrar más la situación compleja y cruel de que vienen siendo objeto los humildes y pacíficos campesinos tolimenses. Se presentó un intento de incendiar una tractomula, fue inmediatamente sofocada a las primeras llamas, en cambio el campesino David Tafur duró más de una hora tendido sin los primeros auxilios, sin la solidaridad de la Policía de llamar una ambulancia. Eso demuestra que la burguesía no maneja relaciones humanas sino intereses económicos.

Testimonios
Entre el gas lacrimógeno y las bombas aturdidoras, corriendo para no ser alcanzado por la criminalidad del Esmad y la Policía, recogimos algunos testimonios de las personas presentes en este lugar que bien parece un sitio de concentración al estilo nazi. En el rostro y en las palabras de los agricultores hay rabia e indignación, pero a su vez ganas de seguir luchando.
Mi versión, dijo un campesino, es la siguiente: “Yo estaba allí tapado, tenía la cara tapada con un chiro, estaba poniendo cuidado cuando llegó uno de los antimotines y le dijo al de la cámara que por favor no grabara sino lo que ellos les convenía, que el resto no lo grabara. Entonces, yo fui y le dije al de la cámara: Me hace el favor y me graba todo y si no lo denuncio. Entonces me dijo: “¿No ve que me dijeron que a mí me daban duro también? Era de Caracol porque yo le dije: déjeme mirar de qué canal es usted. Yo leí y decía Caracol. Sí, un antimotín fue y le dijo eso. Yo le caí al de la cámara y el dijo que si filmaba todo, también a mí me daban duro, dijo”.

La compañera de la comisión del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos, capítulo Tolima, Ruth Nieto, también fue agredida por los gases lacrimógenos y las bombas aturdidoras. Su relato es el siguiente:

“Hubo un problema con la Policía antimotines, vino a disparar indiscriminadamente a la gente con toda la rabia del mundo, arrancando los cambuches que tienen los campesinos y fue para todo el mundo el disparo de gases lacrimógenos y bombas de aturdimiento. Me presenté gritándoles: Derechos Humanos, Derechos Humanos y me tiraron tres gases más encima”.

“O sea, no me impactaron, porque la verdad es que estuve muy de buenas. Había mucha gente que no estaba haciendo nada, le tocó meterse para allá y la gaseada fue terrible”.

“La gente de las casas cercanas se están quejando porque no tienen reparo en tirarles bombas aturdidoras y gases lacrimógenos, no respetando que allí hay niños, ancianos y lisiados”.

“Como Derechos Humanos estamos solicitando al gobierno central que tenga pendiente y venga a mirar esta situación porque está muy grave. Estamos en manos de los militares. Estamos solicitando –repito– la presencia del gobierno central aquí en Boquerón”.

Benjamín, otro campesino de Chaparral, señaló: “Lo que pasa es muy sencillo, lo que pasa es que los negociadores que hay en Bogotá, el gobierno no les ha dado fuego, eso me da a pensar que la estrategia del presidente Santos es cansarnos, irnos eliminando poco a poco. El campesino está aburrido porque el gobierno se ha negado a tener comunicación con la comisión central que hemos designado”.

“Los que estamos aquí es porque no ha habido ningún arreglo, pero sí el gobierno permite que la policía nos agreda, porque les da una orden y ellos en lugar de hacer un tiro al aire, les apunta al cráneo, a la cara de otro ser humano, teniendo en cuenta que todos semos colombianos, no semos de otras naciones. Se disculpan diciendo que es una orden, pero la orden es como tirando a matar, porque pegarle un tiro en la cabeza con una escopeta de esas que viene utilizando el Esmad es criminal. Si una persona se mata con un puño, pues con un tiro de esos, bien puede matar a cualquier persona”.

“Amigo periodista que esto suene. Nosotros no estamos contra la Policía. Nunca. Lo que no estamos de acuerdo es con su arbitrariedad y de que el gobierno no nos quiere oír y nos coloca la Policía por el medio para no oírnos. Pero queremos decirle al presidente: Nos mantendremos en la raya, le va tocar matarnos, no nos vamos de la raya hasta que no haya una conversación y un acuerdo favorable a todos nosotros los campesinos y caficultores. Necesitamos que la carga de café valga mínimo un millón de pesos. No nos vamos a arrodillar”.

El fotógrafo Carlos Alberto Castaño Martínez, de la exposición fotográfica “Porque el lente y el ojo no mienten”, denunció: “Esta mañana los campesinos y la Policía llegaron a un acuerdo de que no más los iban a atropellar. Ahorita, cuando se presentó este impase la Policía y el Esmad entraron allí, les golpearon las ollas, les botaron la comida. Les regaron la comida. Tengo las fotos de primera mano sobre la forma como le botaron la comida acá y les dañaron las ollas. Me parece otra arbitrariedad. Ayer hicieron lo mismo. Esta mañana llegaron a un acuerdo de que se iba a respetar eso y no se respetó. Ahí está toda la comida botada. A los campesinos que iban a almorzar les botaron toda la comidita”.

Álvaro Javier Giraldo relata su versión sobre la forma como fue golpeado el campesino David Tafur: “Veníamos corriendo, huyéndole a los gases lacrimógenos y las bombas de aturdimiento y dos señores del Esmad se le tiraron encima y comenzaron a agredirlo. Le dieron pata y uno se le tiró encima y le causó daños en la nuca. Él se llama David Tafur, es de la vereda el Palo, municipio de Rovira. Tiene aproximadamente 38 años. Tiene familia”.

Prensa rural

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