Entrevista Asociación IGUALI: Mujeres construyendo igualdad.
¿Quiénes forman y cómo surge vuestra asociación "IGUALI"?
La asociación la componemos cuatro mujeres y la conexión se produjo a través de Celine, que fue la que nos conocía a todas y nos reunió para proponernos que trabajáramos juntas. Nos reunimos por primera vez en el verano del 2010 y empezamos a hablar de constituir una asociación. Estuvimos casi seis meses desarrollando los fines que pretendíamos abordar y los estatutos de la asociación; fue muy costoso pero muy gratificante porque pusimos en común muchas cuestiones, y nos obligó a reflexionar juntas y a ponernos de acuerdo.
Sobre nosotras, venimos de ámbitos diversos: Celine y Rosario son ambas trabajadoras sociales, además Celine es antropóloga; Sandra es licenciada en Empresariales, aunque lleva ya muchos años trabajando como profesora de castellano en diversos países, que es su verdadera vocación; y yo, Cristina, soy ingeniera técnica industrial. Solemos trabajar mucho a través de Internet porque desde que empezamos con la asociación siempre hemos tenido a alguna compañera fuera de España. Ahora mismo Rosario y Sandra están en Colombia y China, se complica un poco el funcionamiento y el mantener un trabajo constante, pero por otro lado nos permite conocer de primera mano la realidad de las mujeres en otros países. Hemos tenido, por ejemplo, la oportunidad de trabajar con mujeres de Hungría conectándonos a través de Internet para introducir transversalmente el género en sus clases de castellano; esta fue una de nuestras primeras actividades como asociación y fue muy enriquecedora.
¿Qué fines persigue IGUALI?
El objetivo de la asociación es luchar juntas y organizadas por la eliminación de la discriminación y la violencia contra las mujeres y la consecución real de la igualdad de oportunidades (en concreto, en el ámbito de nuestra asociación), entre mujeres y hombres. Este objetivo general, que es el que nos mueve a todas, lo desglosamos en los estatutos en 18 puntos que nos parecen fundamentales y que están relacionados con la toma de conciencia de la realidad que constituyen las diferencias entre mujeres y hombres, como esto afecta a nuestras vidas en general y específicamente, y cómo se transforma en discriminación, violencia y en desigualdad de oportunidades para las mujeres. Proponemos, apoyamos y reivindicamos políticas efectivas para erradicarlo. Asímismo, formamos, recopilamos información, elaboramos materiales y difundimos acerca de esta realidad y sobre cómo se construye como herramienta de transformación. Y también apoyamos a otras mujeres, individualmente o a través de colectivos, en la labor de hacer efectivos nuestros derechos y libertades fundamentales.
¿En qué aspecto notáis más reticencia al avance en la igualdad de género?
La primera barrera que nos encontramos siempre es el cuestionamiento que se hace del movimiento feminista, más grande o más pequeño dependiendo de la persona con la que te encuentres, declararte feminista implica tener que empezar a explicar qué es y qué no es; a veces es agotador.
Otra dificultad importante está en la falta de reconocimiento de la responsabilidad personal que todas y todos tenemos en el mantenimiento del sistema patriarcal, machista y androcentrista, que es la fuente de la violencia, la discriminación y la desigualdad. Es curioso que nadie se reconozca machista y que al mismo tiempo tengamos en la mano pruebas suficientes como para deducir que la gran mayoría lo somos, por no decir tod@s, (evidentemente en muy distintas medidas), y lo somos hasta que trabajamos específiciamente para no serlo. Reconocer la responsabilidad social es básico para asumir la cantidad de trabajo que conlleva darle la vuelta a un sistema incrustado hasta la médula de cada uno y una de nosotras. Este compromiso pasa necesariamente por el reconocimiento de la responsabilidad personal, y ahí es donde vemos un proceso muy duro y complejo.
¿Habéis notado como una "resurrección del machismo" dentro de la izquierda en general?
Si es cierto que últimamente hemos escuchado algún discurso por parte de personas con amplio reconocimiento dentro de la izquierda que nos han alarmado mucho, aunque no pensamos que sea un fenómeno muy novedoso, más que una resurrección del machismo lo vemos como un síntoma que evidencia que todavía es necesario un trabajo enorme de concienciación y sensibilización, precisamente porque está tan incrustado en nuestra socialización que aún personas que abogan y trabajan por construir alternativas más humanas, justas, sostenibles, etc. pueden caer en graves incoherencias cuando se trata de a quien incluimos en la humanidad, y si se da en un bloque o dos (me refiero a los típicos discursos de la mística de feminidad). Es posible que notemos alguna novedad porque el discurso machista se adapta a los nuevos tiempos y a las nuevas líneas de pensamiento o que de repente se ponga de moda porque las personas que lo adoptan se hayan constituido como un referente, y haga retroceder cuestiones que son de justicia, pero que volverán a caer por su propio peso. Sería todo mucho más sencillo y nos iría mucho mejor, si fuéramos capaces de mantener el espíritu crítico más centrado en las ideas que se expresan que en de dónde o de quién provienen.
¿Consideráis que puede haber un retorno (o retroceso) hacia una mística de la femineidad?
El argumento de la división del mundo en mujeres y hombres como algo natural y por tanto deseable o referente basado en teorías biologicistas, es algo que siempre ha dado muy buenos resultados para hacer cambios, incluso importantes, procurando que todo quede más o menos igual, desgraciadamente, hasta la fecha, las mujeres hemos salido claramente perjudicadas. La imposición del modelo sexo-género constituye la base de la discriminación y la violencia y es una violencia en sí misma, es una práctica que no reconoce la natural diversidad del ser humano y la aplasta por negación. En una sociedad donde hay personas que nacen con sexo no definido (con respecto a lo que hemos configurado como norma biológica) o que nacen con un sexo y luego se desarrollo otro, en la que se están estudiando diferentes estadios intermedios entre el sexo reproductor masculino y el femenino intentar mantener dos modelos impositivos por nacimiento es una barbaridad. Hace unos años saltó a los medios el caso de Norrie May-Welby la primera persona en el mundo en la que su documento de identidad indica “sexo no especificado”, el estado australiano decidió aceptar su petición después de que un grupo de médicos no consiguieran determinar su sexo, según decía Norrie “el concepto de hombre o mujer no se ajusta a mi”, estamos en el siglo XXI y cada vez se ajusta a menos personas, seguir con el discurso de la mística de la feminidad es ridículo.
Acerca de la prostitución, ¿incluís este fenómeno en vuestros talleres?; ¿cómo lo enfocáis?; ¿quéposición adoptáis frente a este fenómeno?
Nuestra posición como asociación es luchar para que las mujeres no sean ni se vean obligadas a hacer cosas que no desean ni por su condición de mujeres, ni por su condición económica, ni por ninguna otra condición (por supuesto, tampoco queremos esto para los hombres).
Todavía no hemos desarrollado un trabajo específico como asociación aunque Celine, por ejemplo, estuvo trabajando en un Centro de Día para mujeres prostitutas toxicómanas durante cuatro años, y es una experiencia importante con la que contamos y tenemos mucho interés en desarrollar algún proyecto.
No sabemos si en un mundo en el que existiera igualdad en el acceso a recursos y oportunidades se mantendría la prostitución como un intercambio libremente elegido entre dos personas. Consideramos que la cuestión sobre la libertad actual con la que algunas mujeres escogen esta opción, y no otra, como medio para conseguir ingresos económicos es muy compleja, y de ahí la dificultad de los debates entre la abolición y la legalización de la prostitución, con respecto a esto tenemos diversidad de opiniones. Además, creemos que hay que abordarlo también desde la perspectiva de la libertad de elección laboral en el sistema patriarcal-capitalista en el que vivimos, sistema que vemos especialmente representado en la prostitución como actividad económica (eso no se puede negar) a todos los niveles.
Lo que tenemos todas en común es que nos preocupa la consideración que tienen las mujeres que actualmente realizan esta actividad ya que independientemente de que se las reconozca o no como trabajadoras son un colectivo especialmente afectado por la violencia y la discriminación, sometidas a unas cuotas de violencia importantes precisamente por la actividad que realizan en el marco de desigualdad y violencia contra las mujeres, además muy en relación con la sexualidad y la forma de entenderla.
Otra línea de acción que nos planteamos es la lucha por la erradicación de la explotación sexual explícita en las mujeres que son obligadas a ejercer la prostitución e implícita en un sistema en el que los hombres, a los que el sistema patriarcal les facilita el acceso a los recursos con respecto a las mujeres, transforman esto en un poder que utilizan para conseguir de las mujeres cosas que desean, en este caso en relación con el sexo.
Tópicos temas en cuestión de igualdad son: la incorporación de la mujer al ejército, al toreo, etc. ¿Cómo enfocáis este peliagudo asunto?
Defendemos la incorporación de las mujeres en igualdad de condiciones a todos aquellos ámbitos existentes para el resto de la humanidad a los que deseen incorporarse. Lo que defendemos es la libertad para hacerlo, no nos preguntamos qué van a querer hacer con ella, ni se nos pasa por la cabeza el defender o no esa libertad humana tan fundamental.
Por otro lado, en concreto las mujeres que constituimos hoy la asociación no colaboraríamos en actividades para fomentar la participación en el ejército o en el toreo porque, además de ser feministas, somos personas (¿y otras cosas?). Ahora, somos conscientes de que mientras no desaparezcan estos ámbitos profesionales de nuestras vidas el decir y fomentar que las mujeres accedan allá donde quieran ayuda a que se adhieran al ejército igual que a la dirección de un hospital general, pero vuelvo a lo de antes, entonces, ¿deberíamos negarles esta libertad o es que les vamos a preguntar antes lo que piensan hacer con ella? Una mujer soldado tiene derecho a elegir libremente su profesión, a lo que no tiene derecho es a ir a otro país con un tanque y ponerse a pegar tiros. Pero ni negarle lo primero va a impedir que esto pase, ni se puede negar lo primero a pesar de que esto pase. Los problemas no se resuelven con estrategias que no se corresponden más que por casualidad, el debate sobre la eliminación de los toros o los ejércitos tiene que darse en el plano de la humanidad, no del sexo. Si trabajáramos para disminuir el acceso a estos ámbitos, debería ser a toda persona humana en esta condición, no a las mujeres específicamente. Aprovechar el discurso obsoleto de la feminidad para estas cuestiones es hacer por un lado y deshacer por otro; además, como estrategia nos parece horrible porque implica necesariamente justificar para la masculinidad la naturaleza de la acción violenta, es perder el tiempo y compromete derechos humanos.
Habréis observado también que el sistema de salud universal basa sus datos en un palpable androcentrismo. ¿Denunciáis de alguna forma este particular?
Es uno de los objetivos de la asociación. En medicina, como en muchas otras áreas (realmente en todas), es necesario hacer una revisión de los conocimientos y las prácticas que se han desarrollado a partir de la visión androcentrista.
A este respecto, hace unos años estuvimos en una ponencia muy interesante que nos sirvió para tomar conciencia sobre el sesgo de género en medicina. La doctora Teresa Ruíz Cantero expuso una investigación realizada en EEUU sobre las diferencias que presentaba el diagnóstico de infarto entre mujeres y hombres, y cómo la consideración de los síntomas que presentaban los hombres como universales suponía una barrera para detectar los casos de infarto en mujeres, lo que se traducía en una mayor mortalidad. Otro efecto del androcentrismo en medicina sería el menor interés que se ha puesto en desarrollar los conocimientos sobre los órganos y enfermedades específicos o más relacionados con las mujeres, todo esto también en relación con quien decide qué es de interés, importante; podríamos hablar también de las diferencias en la aplicación de fármacos antidepresivos, etc.
El androcentrismo en medicina tiene unos efectos brutales sobre la salud de las mujeres, y esto hay que visibilizarlo. No sólo el androcentrismo dentro de este sistema de sexo-género que hemos construido tiene influencia sobre nuestra salud, otra cuestión que abordamos es el “deber estético” y sus consecuencias en forma de enfermedades físicas y psicológicas, o el concepto de propiedad del cuerpo de las mujeres en la violencia que se ejerce contra nosotras. La violencia no sólo es un ataque mismo contra la salud, es que además produce otros problemas de salud derivados. El tema es muy extenso y complejo.
alasbarricadas
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