EL COMUNERO

Joven tunecino en estado crítico tras inmolarse contra el desempleo

Un joven tunecino se encuentra en estado crítico tras prenderse fuego este martes en la céntrica avenida Habib Burguiba, en la ciudad de Túnez (capital), como medida de protesta por el desempleo que afecta al alrededor de 18 por ciento de la población de la nación africana. 

"Aquí está la juventud que vende cigarrillos, esto es el desempleo", expresó el joven, de 20 años de edad y vendedor de tabaco. 

"Dios es grande", agregó el joven tras prender fuego a su cuerpo frente al teatro municipal en la avenida Habib Burguiba, una arteria de Túnez y centro neurálgico de la revolución de enero de 2011.

Según testigos, los policías habrían impedido que el joven vendedor trabajara en la calle.

Los transeúntes se abalanzaron sobre el hombre para intentar apagar el fuego, pero su piel ya estaba calcinada, informó una agencia de noticias internacional.

El hombre, que sufrió quemaduras graves, aún estaba consciente cuando los servicios de emergencia lo trasladaron al hospital.

"Su estado es crítico, comienza a sentir dolor. Vamos a anestesiarle, sólo sus pies están indemnes", afirmó una fuente hospitalaria, que no quiso revelar la identidad del joven.

Según esta fuente, la víctima dijo que estaba enferma, pero no tenía acceso a la atención médica.

La avenida Habib Burguiba, capital de la revolución de 2011, es el eje central de Túnez, con aceras llenas de tunecinos que se ganan la vida vendiendo cigarrillos por unidad, jazmines o pequeños objetos decorativos.

En Túnez se han vuelto comunes las inmolaciones de protesta. La más sonada fue la del vendedor de frutas Mohamed Bouazizi, que en 2011 se quemó a lo bonzo en la ciudad de Sidi Bouzid (centro), abrumado por la miseria y el acoso policial.

Las dificultades económicas y sociales fueron la mecha que encendió la revuelta que hizo caer al gobierno de Zine El Abidine Ben Ali. Dos años después, el desempleo y la pobreza siguen minando al país africano, que aún no tiene Constitución, con instituciones inestables y sacudido regularmente por oleadas de violencia. 

Las huelgas y las manifestaciones se multiplicaron durante los últimos meses y con frecuencia degeneraron en violencia. Al final de noviembre, unas 300 personas resultaron heridas en una semana de enfrentamientos con la policía en Siliana (noroeste).

Túnez también enfrenta una crisis política agravada por el asesinato, el 6 de febrero pasado, del opositor Chokri Belaid, cuya muerte impulsó la caída del gobierno dirigido por el partido islamista Ennahda.



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